Desajuste en la logística de seguridad, un vigilante que laboró solo ese día sustituyendo a un compañero ausente y el desarme, media hora antes, de único seguridad autorizado para portar arma de fuego, caracterizaron el ambiente previo al asalto a una sucursal del Banco Popular.
Durante el interrogatorio el seguridad Rafael Emilio Matos Riña detalló que el en el momento del asalto, no contaba con su arma de fuego, ya que las mismas le fue retirada media hora antes del robo, por el supervisor de la compañía de seguridad.
Lo habitual o protocolar es que los agentes de seguridad bancaria, se les retiren las armas de fuego asignadas, a la 5:00 de la tarde, cuando se produce el cierre.